"No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo" (Albert Einstein)

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sábado, 27 de junio de 2009

Los títeres y los malos inauguran la nueva estación de cercanías de Sol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quiero aclarar que el mercantilismo y el mercado libre defendido por los verdaderos liberales asilvestrados como yo son cosas bien distintas, es decir antagónicas.

Con el mercado libre son las sociedades quienes a través de sus demandas por ciertos bienes dirigen el destino de los recursos. En contra, en una economía mercantilista quienes gobiernan la dirigen. Por ello se dice que el mercado libre es democrático, mientras el mercantilismo es autocrático.

Con el mercantilismo los gobiernos intervencionistas manipulan el precio del dinero (los intereses) y con su monopolio controla la oferta de dinero, produciendo grandes desajustes que llevan a crisis económicas como la que estamos padeciendo. Por si fuera poco, con extensas regulaciones vigila las operaciones financieras, no tanto para proteger derechos de los contribuyentes y consumidores sino intereses espúrios de sus empresarios afines. Para colmo, algunos empresarios irresponsables pierden la mesura, pues confían en que el Gobierno les salve de sus errores.

Dicho de otra forma, el mercantilismo es esa forma capilar de corrupción, según la cual los negocios se hacen por el favor y con el beneplácito del poder y a espaldas de los consumidores y los contribuyentes. Y todavía tenemos que aguantar las memeces de algún que otro progre o retrógrado con pocas miras que se cree que alguna vez ha habido libertad de mercado, o culpa al liberalismo como el causante de la crisis económica mundial o de la corrupción política.


La mediocridad intelectual está confundiendo los términos, llamando liberalismo a un sistema que es en realidad su opuesto. De forma populista, asociáis empresarios amigos del gobernante de turno con liberales y economías, como la intervencionista norteamericana de Bush, con liberalismo. La verdad es que es difícil encontrar un empresario liberal, y más si es amigo del gobierno, puesto que odian el libre mercado porque supone libre competencia.
Por ejemplo, fíjate en el indeseable Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), o sea, Presidente de la patronal. El empresario se quedó a gusto diciendo que "se puede poner un paréntesis a la economía libre de mercado" para que el Estado le salve el cuello.
¿Crees que un liberal diría una salvajada así? El interés de Díaz Ferrán y muchos falsos empresarios amigos del gobierno de turno no es que ni el mercado ni la sociedad sean libres de la coacción del Gobierno, sino forrarse a costa del pagador de impuestos.

www.lodicecincinato.blogspot.com